sábado, 13 de agosto de 2016

Producto del foro Unidad 2

Alumno
Hugo S. Del Angel Gámez


Docente
Karina Grissel Mendoza Torres

Estudios
Energías renovables

Asignatura
Contexto socioeconómico de México

Tema
Producto del Foro de construcción del conocimiento U2

Mail institucional
ES162000391@unadmexico.mx

Elaborado
13 Agosto 2016







 Mapa mental
 Lectura: Algunos reveses y una gran victoria (1920-1938), en Petróleo y nación: la política petrolera en México, 1900-1987.

Fig. 1 Mapa general concentrado




Fig. 2 Mapa general desplegado


Resumen
Algunos reveses y una gran victoria (1920-1938), en Petróleo y nación: la política petrolera en México, 1900-1987.
El 21 de mayo de 1920, el presidente Venustiano Carranza fue asesinado, la rebelión anticarrancista se hizo en nombre de la defensa de la soberanía de los estados (Plan de Agua Prieta). Esto sucedió cuando las perspectivas de la industria petrolera parecían ser excelentes pero a partir de 1921 las cosas empezaron a cambiar de manera dramática.
La rebelión militar contra Carranza fue relativamente rápida y la última que tuvo éxito en México. A partir de entonces, todos los que intentaron tomar el poder por medio de las armas fracasaron. Es por ello que la historiografía considera al año de 1920 como fin de la etapa armada de la Revolución Mexicana y el principio de la institucionalización del nuevo régimen.
En 1921 la producción mexicana de petróleo colocó al país como el segundo productor mundial de crudo, para para 1930 los campos mexicanos eran relativamente secundarios en términos internacionales.
En 1925, La crisis petrolera mexicana llegó al punto en que no sólo bajaron las exportaciones de hidrocarburos, sino que aumentaron las importaciones. En 1925, el gobierno del presidente Calles quiso elaborar una ley reglamentaria del párrafo IV del artículo 27 y hacerla aprobar por el Congreso. En este asunto, Calles contó con el apoyo de su secretario de Industria, Comercio y Trabajo, Luis Napoleón Morones, quien, a su vez, era el líder de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) – la más poderosa central de trabajadores de ese momento.
El año de 1926 fue particularmente tenso en lo que se refiere a las relaciones entre gobierno y empresas petroleras y, en consecuencia, para las relaciones entre México y los Estados Unidos.
La creación, en 1929, de un gran partido político que aglutinó a los grupos revolucionarios -un partido de Estado-, la profesionalización del ejército y la formación de grandes centrales campesinas y obreras de carácter nacional leales a la figura presidencial, dieron a Cárdenas el control directo de todos los hilos centrales del proceso político mexicano.
La relación entre las petroleras y el gobierno en el periodo en estudio está relacionada a que la lucha revolucionaria había propiciado el fortalecimiento del nacionalismo, en segundo lugar está el hecho de que entre 1920 y 1928 la política nacional estuvo dominada por la figura del último gran caudillo de la Revolución, el general Álvaro Obregón.
Al generarse una reorganización de la llamada "familia revolucionaria", más la política de masas en el sexenio 1934-1940, dieron a Cárdenas un poder como el que ningún jefe del Ejecutivo había tenido hasta entonces.
En 1934 surge una empresa nueva que apareció, y que merece mención especial, fue Petromex, S.A creada por la iniciativa del gobierno, fue una empresa de capital nacional público y privado, cuyo objetivo era usar los terrenos federales cercanos a los campos petroleros explotados por las empresas extranjeras, para dar al gobierno una participación directa en la producción de petróleo y para competir con las empresas extranjeras en el abasto del mercado interno y obligarlas a bajar el precio de sus productos.
Para iniciar el decenio de los años treinta, "El Águila" descubrió, un nuevo y rico campo petrolero denominado "Poza Rica", un área de 35 km2 en el municipio de Coatzintla. Para 1938, el potencial de Poza Rica se calculó en 600 000 000 de barriles de producción segura y 1 200 000 000 de probable. Poza Rica fue así el descubrimiento más importante de la época.
En diciembre de 1934, Lázaro Cárdenas asumió el poder; su plataforma política era el llamado Plan Sexenal, documento que, entre otras cosas, proponía una política nacionalista para rescatar los recursos naturales que estaban en manos de intereses extranjeros. En su artículo 97, este plan demandaba efectiva nacionalización del subsuelo, combate al acaparamiento de esta riqueza y aumento de las zonas consideradas como reserva nacional. El artículo 98 exigía aumento en la participación del Estado en las utilidades de esa industria. El 103 demandaba favorecer el fortalecimiento y creación de empresas petroleras nacionales; el 104 proponía mantener un ritmo de producción acorde con el monto de reservas probadas y las necesidades nacionales.
Para 1936 surge el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), organismo que unió por primera vez a 18 000 trabajadores, Para firmar el día 19 el acta constitutiva que los disolvía para dar paso al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), que contó con tres secciones en el norte, seis en el centro y tres en el sur, la secretaría general quedó a cargo de Eduardo Soto Innés. El STPRM nació bajo la tutela del gobierno cardenista, pero su bagaje histórico era de independencia y combatividad.
Al principiar 1937, la actividad en la industria petrolera iba en ascenso, con 1 039 pozos de producción (el 40% en Poza Rica) y 11 refinerías (de las cuales cuatro tenían capacidad para el ciclo completo), y con una exportación total valuada en 162 000 000 de pesos. El futuro de esta industria dependía del resultado de la lucha política en que se habían enfrascado empresas y gobierno.
En 1938, el presidente reunió a su gabinete el 18 de marzo y le informó su decisión de solucionar de raíz el añejo conflicto entre el régimen de la revolución y las empresas petroleras extranjeras. A las 21:45 horas de ese día, Lázaro Cárdenas firmó el acta de expropiación.


Mapa mental
La expropiación echa raíces, (1938-1946), en, Petróleo y nación: la política petrolera en México, 1900-1987

Fig.3.  Mapa general concentrado


Fig.4.  Mapa general desplegado


Resumen

La expropiación echa raíces, (1938-1946), en, Petróleo y nación: la política petrolera en México, 1900-1987.
El año de 1938 fue la cúspide de las reformas cardenistas. A partir de entonces, el proyecto reformista del general michoacano empezó a perder fuerza. En ese año no sólo tuvo lugar la expropiación de las grandes empresas petroleras extranjeras, sino también la reforma del partido del Estado, el PNR, creado por el general Calles, que se disolvió para dar paso al Partido de la Revolución Mexicana (PRM).
Los cuatro pilares fundamentales fueron el sector obrero, el campesino, el popular y el militar. Gracias a la gran reforma agraria, el gobierno pudo crear con los ejidatarios  - la Confederación Nacional Campesina (CNC), primera organización nacional de campesinos que realmente logró dar cuerpo a la alianza política entre los trabajadores del campo y el nuevo régimen.
En febrero de 1939, el general Cárdenas se vio obligado, a dar su apoyo a la candidatura de uno de sus colaboradores más moderados y conciliadores, el secretario de Defensa, Manuel Ávila Camacho. El gobierno de Manuel Ávila Camacho (1940-1946) se distinguió por su política de "unidad nacional"; ésta no fue otra cosa que un esfuerzo sistemático por frenar el conflicto entre la élite política y las clases sociales.
Para 1945 con el fin de la guerra se deprimió la economía mexicana, pero los cimientos para una industrialización basada en la sustitución de importaciones ya estaban sentados.
Miguel Alemán, el primer presidente civil de la época post revolucionaria (1946-1952), favoreció la industrialización, En este proyecto de industrialización se asignó al petróleo nacionalizado un papel fundamental: proporcionar la energía barata que el país demandaba cada vez más, porque las alternativas -carbón o hidroelectricidad- no abundaban. La expropiación fue declarada por Vicente Lombardo Toledano, líder de la CTM, como acto que marcaba realmente el principio de la independencia política de México.
El 7 de junio de 1938, por medio de un decreto, el gobierno estableció dos instituciones públicas para que se hicieran cargo del petróleo: PEMEX y la Distribuidora de Petróleos Mexicanos; la primera se encargaría de la producción y la segunda de la comercialización de los productos.
Antes de que concluyera 1939, el 30 de diciembre, la industria petrolera fue declarada de utilidad pública, por lo cual PEMEX adquirió la preferencia sobre el uso del suelo en relación a cualquier otra, previa indemnización a los superficiarios.
Tras la expropiación la producción de petróleo cayó en prácticamente 50% y la de refinados 37%. Sin embargo, y pese a una multitud de apremios, PEMEX pudo mantener plenamente abasteciendo el mercado interno.
En 1937 un poco menos de la mitad de la producción petrolera mexicana se destinaba a satisfacer la demanda interna, pero al final del período más de las cuatro quintas partes se consumían en México. En 1938, el valor total de las exportaciones mexicanas disminuyó en poco menos de 7%, pero la exportación de petróleo y sus derivados cayó en 48% respecto al año anterior.
En alguna medida, el problema financiero de la industria petrolera se debió a la política deliberada de PEMEX de ofrecer sus productos en el mercado interno a precios relativamente bajos -precios fijados por decreto.
Hasta 1946, PEMEX pagó menos impuestos anuales de los que en promedio habían pagado las empresas extranjeras a partir de 1934, es decir cuando se inició la explotación de Poza Rica.

La organización de los trabajadores petroleros en un sindicato único -organización impulsada por el gobierno y por la CTM- fue el elemento adicional que permitió al gobierno de Cárdenas triunfar en definitiva sobre las empresas petroleras, Después de la expropiación, los trabajadores colaboraron de manera muy estrecha con el gobierno para mantener la industria en actividad; de hecho, ellos dirigieron el difícil momento de transición de industria privada a pública.
Después de 1938, los trabajadores del STPRM continuaron siendo miembros del gremio mejor pagado de la industria mexicana. Así, la zona norte tuvo por centro a Tampico, la central a Poza Rica y la sur a Coatzacoalcos
El primer contrato colectivo en esa industria se firmó en 1942, cuatro años después de la expropiación.
Los gobiernos de las empresas afectadas fueron tres: el estadounidense, el británico y el holandés, desde un principio, el gobierno mexicano anunció que estaba dispuesto a indemnizar a las empresas expropiadas, pero no inmediatamente, como lo exigía el gobierno estadounidense, sino dentro del período de 10 años dispuesto por la ley de expropiaciones. Las negociaciones con el grupo Sinclair -que en México controlaba cinco empresas que representaban 40% de los intereses petroleros norteamericanos expropiados en 1938- no fueron fáciles, pero el 1o. de mayo de 1940 se anunció que las partes habían llegado a un arreglo.
La resignación llegó por fin a la Standard: en octubre de 1943, esta empresa y otros intereses menores .que habían seguido su línea dura informaron a México su decisión de negociar el monto de la indemnización según el acuerdo de 1942.
En 1937, México importó productos petroleros por 17 millones de pesos; en 1948, por 108 millones; entre 1944 y 1947 la balanza petrolera mexicana fue deficitaria, y más del 90% de las importaciones provinieron de Estados Unidos.
En 1949 México firmó los primeros "contratos riesgo”. Estos eran acuerdos entre PEMEX y pequeñas empresas estadounidenses que explorarían y perforarían pozos en zonas previamente acordadas.
PEMEX consiguió más adelante recursos externos, que no comprometieron su calidad de responsable único del desarrollo petrolero mexicano, y entre 1969 y 1970 pudo, sin mayores dificultades económicas o políticas, rescindir los contratos riesgo.


Bibliografía
Meyer, Lorenzo e Isidro González, “Algunos reveses y una gran victoria (1920- 1938), en Petróleo y nación: la política petrolera en México, 1900-1987, México, FCE, 1990.

Meyer, Lorenzo e Isidro González, “La expropiación echa raíces, (1938-1946), en, Petróleo y nación: la política petrolera en México, 1900-1987, México, FCE, 1990. 





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